El vino como razón de ser. La vid como modo de vida. Las uvas, el procedimiento, el cuidado de la planta y el producto, la conexión con la tierra, nuestros pueblos, nuestro pasado y a la vez nuestro futuro. El vino, presente en la tradición; y ahora también en la tercera piel del Real Valladolid para esta temporada 2024-25, que rinde homenaje a las 17 ‘Denominación de Origen Protegida’ de las que puede presumir, con orgullo, Castilla y León.
La camiseta, en color vino tinto, ejemplifica con su dibujo el fluir de este líquido en las copas y vasos presentes en tantas mesas vallisoletanas. Los detalles en amarillo tanto en mangas como en el cuello, ancho, representan al vino blanco, también de arraigada tradición en la provincia. El pantalón y las medias serán en color vino, oscuro y con toques en amarillo.
Entre los detalles que presenta esta equipación destaca, en la zona superior de la espalda, el perfil de Castilla y León vertebrado por los principales ríos de la comunidad, fuente de vida y prosperidad, indispensables. Entre todos ellos, como no, destaca el Duero, cuyo caudal cruza de este a oeste, desde su nacimiento en Soria, y da forma a una cuenca hidrográfica de tantísima relevancia en todas las provincias de la región.
Para la presentación de esta tercera equipación se ha contado con cinco personas muy conectadas con el vino, dedicadas a la producción, empleadas en la bodega Pago de Carraovejas situada en la DO Ribera del Duero, en el municipio vallisoletano de Peñafiel. Elena Rivilla Marugán, Ana Tena Alonso, Sergio Lerma de la Cal, Francisco Puerto Benito y Jaime de la Fuente Peña han sido los primeros en vestir la piel pucelana, reforzando ese sentimiento de identidad con lo local. Las raíces, de la parra, de la vid, del Real Valladolid, profundas en la tierra bajo nuestros pies. Semillas que se van a plantar en los campos más brillantes de España.
